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Los cambios sociales políticos económicos o ideológicos de la sociedad a través del tiempo han dado pie al surgimiento de diferentes tribus urbanas, por lo general eligen un género musical que de acuerdo con sus ideales y objetivos, se visten de una forma determinada y adoptan un estilo de vida distinto, unos se denominan emos termino que proviene de un género musical denominado emotional-hardcore este movimiento surgió a finales de la década de los 80 pero desde hace algunos años comenzó a verse en todo el mundo entre jóvenes de 15 y 18 años.

Los emos dan a conocer una personalidad melancólica se distinguen por el tipo de ropa que utilizan, prendas muy ajustadas generalmente de color negro, fucsia, rosado, accesorios brillantes, el cabello lacio, negro dejando una porción de cabello sobre su rostro pálido.

A pesar de su aspecto llamativo quienes han decidido a adoptar esta forma de vida vagan relajados por la calle de la sociedad con una apariencia sombría y triste, se definen como depresivos anti-sociales e incomprendidos. Para ellos el mundo es miserable y denigrante; lo que hace que estos jóvenes utilicen este tipo de movimientos es la necesidad que sienten de expresarse y ser escuchados de este modo rechaza las normas y tradiciones establecidas y demuestran una actitud rebelde hacia lo socialmente establecido.

Los jóvenes emos del siglo XXI persiguen una actitud y filosofía crítica de la sociedad centrada en la emociones (dolor, rabia, desgano e insatisfacción) y que encuentra semejanzas con los punkys en la rebeldía y la necesidad de utilizar las calles y sentirse urbanos.

Los seguidores de la cultura emo rápidamente comenzaron a masificarse y a buscar su propia identidad, que los diferenciase de otras tribus urbanas con las que tenían más de un punto de contacto. Pero en la actualidad los emos se han multiplicado por millones alrededor del planeta y muchos adolescentes que ni siquiera conocen a las bandas fundadoras de esta subcultura dicen ser emos tan solo por llevar un peinado y vestirse de negro y rosa. Los emos han sido atacados en infinidad de oportunidades por diversos grupos tras ser considerados un flagelo social y muchas veces considerar que es una forma de esconder la homosexualidad.